Estambul alberga numerosas joyas arquitectónicas que muestran la grandeza de la era otomana, y uno de esos tesoros es el Pabellón Aynalikavak, ubicado a orillas de Haskoy en Beyoglu. Este pabellón tiene una historia que se remonta al período otomano y sirve como un testimonio notable de la brillantez arquitectónica de su época.

Originalmente, el Pabellón Aynalıkavak estaba ubicado dentro de un extenso bosque en las laderas de Okmeydanı cuando Estambul fue conquistada. Con el paso del tiempo, las costas de Hasköy y Beyoğlu ganaron importancia, sobre todo debido a la construcción de astilleros, lo que llevó a que este bosque fuera conocido como Tersane Bahcesi, o Jardín de los Astillero.

Yasir Gürbüz (retocado)

Durante el reinado de Selim I, el almirante jefe Kayserili Halil Paşa se fijó en el Shipyard Garden. En 1613, mientras Ahmet I estaba en Edirne, ordenó la construcción de Kasr-ı Âli, un palacio digno de un sultán, dentro de este jardín. Las estructuras iniciales de este palacio se completaron durante ese período.

Gobernantes posteriores como Murat IV y el sultán Ibrahim ampliaron estos edificios. Desafortunadamente, durante el reinado de Mehmed IV, un incendio arrasó el palacio, causando grandes daños y requiriendo una reconstrucción completa. Desde Beyoğlu se podía ver todo el complejo palaciego, incluido el serrallo de dos pisos. Varias estructuras rodeaban el área del Harem y, en 1730, se añadió Hasbahçe Köşkü durante las reparaciones.

Yasir Gürbüz

En ocasiones, Ahmed III residía en el Jardín del Astillero, alojándose incluso allí con su harén después de una ceremonia de circuncisión celebrada en Okmeydani. Después de la guerra otomano-veneciana de 1715, los venecianos regalaron a Ahmed III grandes espejos de valor incalculable, que dieron al palacio aún más importancia. Luego, estos espejos se colocaron en varios pasillos y salas del Pabellón Aynalikavak.

A finales del siglo XVIII, durante el reinado de Abdulhamid I, el Pabellón Aynalıkavak estaba en mal estado. Posteriormente, Devlet Giray IV lo restauró y permaneció en posesión de su familia hasta 1923.

Hoy en día, el Pabellón Aynalikavak se erige como un hito cautivador a lo largo de la costa de Beyoglu con su intrigante historia y significado arquitectónico. Sirve como testimonio de la profundidad cultural e histórica de Estambul, y atrae a visitantes ansiosos por vislumbrar el opulento pasado del Imperio Otomano.

Foto de portada (retocada) por Beyza Yılmaz