El Hammam Cagaloglu se construyó como un hammam público para generar ingresos para la biblioteca del Sultán Mahmud ubicada en el interior. Mezquita de Santa Sofía. Lo iniciaron Suleyman Aga y Abdullah Aga, dos arquitectos muy conocidos de la época. Este hammam es un ejemplo notable y es el último construido en Estambul que permanece operativo hasta el día de hoy.
La entrada a la sección de mujeres se encuentra en una calle lateral llamada Hammam, mientras que los hombres ingresan desde la calle principal a través de dos columnas de mármol adornadas con capiteles de estalactitas clásicos. Con el tiempo, debido a los cambios de elevación de la calle, el acceso a la sección de hombres ahora requiere subir una escalera de diez escalones. El estilo arquitectónico de la puerta se diferencia del diseño tradicional turco y presenta una tablilla encima con una larga inscripción que consta de siete líneas y veintiocho versos. La gran cúpula está conectada a un área de piscina elevada a través de paneles de bóveda de esquina segmentados en forma de trompeta, una obra maestra artística con chorro de agua. Las ventanas están ubicadas estratégicamente entre los paneles de la bóveda en grupos de tres, permitiendo abundante luz natural. Encima de la cúpula hay una linterna para iluminarse.
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La sala de calefacción, tanto en la sección de hombres como en la de mujeres, sigue patrones arquitectónicos similares. Detrás de la pared de cada sala de calefacción se encuentra el külhan, el sistema de calefacción utilizado para generar vapor.
Una anécdota interesante es la de Bitlisli Ali, un poeta popular que trabajó en este hammam como külhancı (operador del sistema de calefacción) y tellak (masajista). Ali tuvo un sueño extraordinario en el que lo visitaba un jeque anciano con una larga barba blanca que deseaba ir a un hammam para lavarse. Casualmente, Ali trabajaba en el hammam de Hacı Mustafa en ese momento, con un külhancı musulmán en el personal. Como resultado, el jeque decidió ir a este hammam en particular y, después de que el propio Bitlisli Ali le lavara el cabello, le dio una pieza de oro como gesto de buena voluntad. Ali atesoró este oro durante toda su vida sin gastarlo.
Según los registros históricos, Cagaloğlu Hammam, fundada en 1741, es una de las empresas turcas más antiguas que aún sigue en funcionamiento. Los relatos de Evliya Çelebi de la segunda mitad del siglo XVII mencionan la construcción de 150 hammams grandes y 150 pequeños (300 en total) para proporcionar instalaciones de baño a los trabajadores involucrados en la construcción de otras fundaciones. Los ingresos generados por estos hammams se utilizaron como salarios de los trabajadores y para la preservación de estas estructuras.